OPINIONES Y CONTRADICCIONES

¡Ay! Si Marx levantara la cabeza. Hoy y aquí, el opio del pueblo es el fútbol.


Hace años, me lo decía un sacerdote catalán en Taizé, viendo la profunda fe cristiana en países donde dicha fe es o fue perseguida/minoritaria: En España, lo hemos hecho tan mal, que si queremos mejorar, tenemos que volver a las catacumbas.  


FEMINIZACIÓN DE LA SOCIEDAD
Muchas veces he comentado en público que nuestra sociedad está un poco enferma y que va por caminos equivocados.
En estos últimos años, en nuestra sociedad occidental, hemos asistido a una conquista, por parte de las mujeres, de determinados valores/roles/ hasta ahora atribuidos al género masculino. Algunos de ellos muy positivos como la incorporación de la mujer al mundo del trabajo o a puestos directivos y otros tremendamente negativos como la adopcción, por parte de las mujeres, de estereotipos tradicionalmente masculinos (fumar, pelearse, vocabulario grosero,...).
En el polo opuesto, aunque en mucho menor medida, unos pocos hombres han adoptado valores/roles tradicionalmente femeninos, como encargado de tareas domésticas. Otros pocos cuidan de su cuerpo como sólo sabían hacer hasta ahora las mujeres. Y poco más.
Como la balanza está tremendamente descompensada, podríamos decir que hemos asistido a una masculinización de la sociedad. ¿En qué creo que nos hemos equivocado?.
Las mujeres, en adoptar esos estereotipos masculinos absolutamente deplorables y los hombres en no saber captar y adoptar una serie de cualidades femeninas que esta sociedad necesita urgentemente: sensibilidad, cercanía, afecto, contacto con nuestros sentimientos, con nuestra esencia. Somos nosotros, los hombres, los que tenemos que dar el paso de contactar con nuestro mundo interior y las mujeres seguir en contacto con él. Evidentemente lo tenemos que hacer desde la infancia, enseñando a nuestras niñas lo bien que lo hacen siendo niñas y mujeres del mañana y mostrando a nuestros niños que en el día de mañana pueden ser hombres hechos y derechos, sin tener que renunciar a ser sensibles y cariñosos.